Las motos con sidecar han sido parte de la historia del motociclismo desde principios del siglo XX. Estos vehículos de tres ruedas, que consisten en una moto con un carrito lateral, se volvieron especialmente populares durante la Segunda Guerra Mundial, donde fueron utilizados tanto por los militares como por los civiles. En este artículo, exploraremos la historia y las características de las motos con sidecar de la Segunda Guerra Mundial.
El origen de las motos con sidecar
Aunque se desconoce el momento exacto en que se acopló por primera vez un sidecar a una moto, se atribuye a la Oakleigh Motor Company, una marca inglesa, la primera en comercializarlos a principios del siglo XX. La idea detrás de los sidecars era simple: convertir la moto en un vehículo utilitario que pudiera transportar a una familia entera. Aunque perdían parte de su agilidad, ganaban estabilidad y capacidad de carga.
Los militares pronto se dieron cuenta del potencial de los sidecars. Eran rápidos, baratos y ágiles, y armados con una ametralladora pesada se volvieron vehículos temibles en el frente de batalla. Durante la Segunda Guerra Mundial, las imágenes de las imparables BMW y Zundapp con sidecar avanzando por Europa quedaron grabadas en la memoria colectiva. Estas motos aún hoy son admiradas por su potencia, tecnología y diseño.
Conduciendo un sidecar
Conducir un sidecar no es lo mismo que conducir una moto convencional. Estos vehículos están diseñados para circular a velocidades más tranquilas y no pueden inclinarse en los virajes. Sus tres ruedas están colocadas de manera asimétrica, lo que hace que el peso se concentre en un lado. Al acelerar, el conjunto tiende a ir hacia el lado del sidecar, mientras que al frenar, tiende a ir hacia el lado contrario. En las curvas a la derecha, el giro se hace mediante el manillar, y en las curvas a la izquierda, se aprovecha la tendencia natural del vehículo a irse hacia ese lado al frenar.
Conducir un sidecar requiere habilidad y, para los moteros más experimentados, puede ser necesario recibir asesoramiento y tomar clases prácticas con profesionales antes de dar el salto a las tres ruedas.
Requisitos legales para conducir un sidecar
En España, los sidecars son perfectamente legales. Para conducir uno, se necesita la licencia motociclista correspondiente. Los titulares del carnet A1 pueden conducir motos con sidecar siempre que la cilindrada no supere los 125 cc, la potencia máxima sea de 11 kW y la relación potencia/peso máxima sea de 0,1 kW/kg. Los titulares del carnet A2 también pueden conducir sidecars, siempre que se cumplan las limitaciones legales de potencia máxima de 35 kW y relación potencia/peso máxima de 0,2 kW/kg. Los titulares del carnet A pueden conducir todo tipo de motos y triciclos de motor.
Tener en cuenta que todos los ocupantes del sidecar deben usar casco y que los menores de 12 años no pueden viajar como pasajeros, a menos que la moto sea conducida por sus padres o tutores, en cuyo caso la edad mínima se reduce a 7 años.
Montar un sidecar en una moto
Técnicamente, se puede montar un sidecar en cualquier moto, pero el proceso es costoso y laborioso. Se requiere la ayuda de un preparador especializado y la homologación posterior del vehículo, lo cual puede no ser sencillo. A menos que se quiera sidecarizar un modelo específico, es más práctico adquirir una moto con el sidecar ya montado de serie o buscar una moto de segunda mano que ya esté homologada.
Las motos con sidecar de la Segunda Guerra Mundial son parte de la historia del motociclismo. Estos vehículos, utilizados tanto por los militares como por los civiles, fueron rápidos, baratos y ágiles. Conducir un sidecar requiere habilidad y aprendizaje previo, y existen requisitos legales para poder conducirlos. Si estás interesado en este tipo de motos, asegúrate de cumplir con los requisitos legales y considera la opción de adquirir una moto con sidecar ya montado de serie.
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